domingo, 3 de agosto de 2008

Crónicas de Olsztyn: Vodka Lemon

Después de una semana viviendo en este lugar el españolito ya se va acoplando al sistema. El solito es capaz de ir a la tienda y comprar. Por supuesto, por ahora su idioma oficial se llama “deditos”, nada falla cuando señalas lo que quieres y pones sonrisa de decir “no me diga nada que no me entero”. Así que por fin pudo comprar algo de carne cuando no había nadie en la carnicería, ¡¡por fin proteínas!!, y es que “el cuerpo” no puede vivir sólo de verduras. Lo mejor fue cuando entró en la pastelería y decidió probar los “delicatesen” de dulces que está gente hace. ¿Cómo comparar la pastelería de Valencia con esto? ¡¡No hay comparación!! Una especie de cuerno de pan relleno de “algo de chocolate” se considera un bocado exquisito. El españolito ha comido pan duro más rico, pero así es este país algo gris. Seguirá investigando en este mundo de la repostería.

La semana ha transcurrido yendo del trabajo a casa y viceversa. No pienses que ya ha comenzado aquí su milagro de teñir espermatozoides, ¡¡noooo!! Las cajas con todo el material que necesita siguen retenidas en la aduana. Al parecer han tenido que investigar cuidadosamente cada uno de los clips que porta en ellas no sea que entre material peligroso, ¡¡maldita burocracia!! Lo peor de todo es que el pobre jefe, ¡¡nunca mejor dicho por que no tienen ni para pipas!!, va a tener que pagar un canon de entrada (150 euros, casi la mitad del sueldo medio polaco) por esa cosa tan extraña llamada material de laboratorio y que no es más que varios trocitos de cristal y algún líquido que no entraña peligro (este sujeto da fe que se comió un sándwich teñido y no murió). Mientras tanto, trabaja en sus bichitos de Canadá.

Poco a poco ha ido conociendo al personal del centro, si bien sus nombres son desconocidos todavía para él. Como nadie se cree que pueda teñirse estas cosas con colita todo el mundo pasa a preguntarle “¿es verdad?” y a continuación insinúan que con el esturión no podré a lo cual el sujeto responde “es posible…pero no improbable” Su jefe es un encanto, un tío muy, muy inteligente, del cual habrá que aprender mucho, ha decidido que se tome un descanso y le ha invitado a dar una vuelta por el bosque. Así que hoy, Andrzej (el jefe), su mujer, un amigo y él se irán a caminar por las entrañas frondosas que pisaron antaño los osos y los lobos cuando la tierra era libre.

En la Universidad recogen a los nuevos “gays”, y una vez presentados se dirigen a comer pescadito frito en un barucho de un pueblo cercano a la capital. El gusto del pescado reside en su sabor, pero cuando la gente lo quema con aceite de girasol deja de ser comida aceptable, ¡¡pero peor fue la hamburguesa de Cuba!! El españolito se come todo. El jefe le ha pedido una cerveza especial polaca, ¡¡la ostia!!, medio litro de cerveza. Al parecer para ellos es como si nada, pero el españolito sabe que si se bebe eso cogerá una bufa en toda regla. Como puede se traga la comida y se bebe algo más de la mitad de la cerveza. Se ponen en marcha y llegan a casa de campo del amigo. Resulta que el paseo por la montaña se convierte en una fiesta “en petit comité” y van a abrir una botella de vino en honor a la valentía demostrada por el sujeto por venir a este país. ¡¡¡Pero vualag!!, al cuarto de vino que le dan se le une una taza de té, de café, pastelitos de chocolate, pistachos y Vodka con frambuesa. No es que hubiese eso en la mesa, o lo sacasen de forma ordenada, ¡¡noooooooo!! ¡¡todo de golpe!! Uno no sabe si los pistachos son para el té y las pastas para el vino…... Anyway, lo primero de todo es brindar con Vodka de frambuesa ¡¡de solo 50 grados!!, algo flojo para el gusto de ellos. Entre medio litro de cerveza, el Vodka y ahora a beberse el vino dado que es en su honor, el españolito ya no sabe si habla español, ruso o italiano. El pedo es monumental, ¡¡¡¿pero cómo pueden beber tanto a las cinco de la tarde?!! Por supuesto, la juerga acaba a las 7 de la tarde y entre vuelta y vuelta de la cabeza al españolito le dejan en su casa. Como siempre su bocaza se antepone y decide invitarles una noche a comida española, ¡¡quieren paella!! ¡¡Pues claro, ya veremos con qué, pero anda que se va a quedar corto el chico!!

Y así transcurren los días, entre su hobby sexual, sus paseos por el lago, los uno contra uno de basket (por cierto, ya con media ceja partida), el jogging de las tardes, y algunas fotos… Los días de frío han llegado y con ellos las tormentas grandiosas de agua y rayos, mientras las hojas viejas de los árboles se abandonan y el viento aviva al silencio…es otoño en Olsztyn.

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