viernes, 18 de diciembre de 2009

Un cuento sobre estrellas y cometas

Era una noche soleada en la ciudad y tras unas copas de whisky llegué al habitáculo para dormir algo borracho… (¡¡uy perdón que lo lee el pater!!)… quiero decir feliz y contento. Abrí la ventana y la cortina para que entrase el susurro de la oscuridad cuando me fijé en Orión, con su forma regular, su luz brillante y movimiento pachanguero (creo que esto era debido al whisky, anyway..). Desde la cama y viendo el espectáculo estelar pensé que no sabía nada de las estrellas, así que decidí que en el amanecer sería interesante estudiar el tema. Abrí y cerré libros, me volví loco con la teoría de cuerdas, sobre los múltiples cuartzs, la antítesis de la materia y antimateria, el concepto de infinito, los planos de espacio y tiempo y, finalmente, busqué telescopios donde mirar. Tras no enterarme de la casi nada, me llamó la atención el por qué dibuja la gente las estrellas con cinco puntas o más. No entendía nada.

Una mañana reunidos alrededor de una cazuela de arroz, me senté al lado de mi amiga Leire y nos pusimos a hablar. No alcanzo a comprender por qué la gente no entiende a los enanos de un año y medio si hablan perfectamente. Como decía, nos sentamos en un escalón y me dijo:
-“Hhadehñh”, con aire de enfado.
-“uuerijiuas” le respondí. Ahhhhhhh, que no lo entienden, permitirme que se lo traduzca a grandes rasgos.
-“Chico, estoy agotada de mis padres”
-“Ufff, si te quedan 180 lunas para independizarte, ten paciencia”
-“Que si el francés por aquí, que si el chacho por allá, que si coches y los p…lunies o como se llamen, ¡¡cómo si una fuera tonta para poder entender la metamorfosis de Kafka”
- “Cosas de los padres, tu sonríe y verás como te dejan tranquila”
-“Bueno, ¿y a ti como te van las cosas?”
- “Chisss, ando trajinando con estrellas y su forma de representarlas. No sé por qué las estrellas las dibujan con cinco puntas.”
- “A ver Asilvestrado, ¿qué os enseñan en la escuela? ¿Nunca te han contado la historia de la estrella y el cometa.”
-“What?”
- “Anda prepárame una copa que te cuente”.

Cuando los dioses crearon el universo todos los astros eran redondos, algunos más rechonchos que otros, pero con forma globosa. Todos corrían unos detrás de otros, ¡¡¡por qué andan jugando al pilla pilla!! Clay era una estrella muy imprevisible y siempre era un estudioso de los agujeros de las otras pero, como todos, su diversión consistía en jugar con los amigos. Sin embargo, un hecho cambio la historia del Universo.

Un día oyó un susurro detrás de él y giro cual peonza. Sus ojos se abrieron y su boca se cayó hasta sus pies, delante de él estaba el espectáculo que jamás había visto, ¡¡un cometa!! Los cometas eran insurrectos que querían ver el espacio a su aire, sin respetar las normas del movimiento; y cuando ven sus colas son partes de ellos que mueren hasta que al final no quede nada. Bonny, que era el como se llamaba el cometa, tenía una cola larga y brillante. Pasó muy cerca de Clay y éste intentó agarrarlo para verlo de cerca, histérico se dio cuenta que eso era imposible. Desesperado cuando vio que Bonny pasaba de largo, Clay empezó a provocar erupciones volcánicas en su interior y poco a poco fue creando cinco muñones que acabaron transformándose en brazos. Empezó a moverlos, y cual Topi en sus primeros movimientos cuando sale del letargo del vientre de su madre, adquirió la fuerza y destreza para hacer cosas. Bonny estaba ya lejos, pero a Clay no le importa, quería ver un cometa de cerca. Así que se puso su MP3 a todo volumen y comenzó su viaje estelar en busca de Bonny. El resto de las estrellas se quedaron anonadadas, y todas ellas hicieron lo mismo.

-“Por eso las estrellas tiene cinco puntas Asilvestrado, por qué el Universo se mueve por corazones no por órbitas”, dijo Lei.

“Dicen que vieron a Clay en un paso de cebra hace tres mil años luz cantando: llevaba medias rojas la conocí en una estación. Ayyyyyyyyy, que harían ustedes si no estuviéramos los niños”.