sábado, 30 de enero de 2010

Una de los Cohen

Acabo de salir del cine. He visto la última de los Cohen, “Un Tipo Serio”. Para mí lo más raro que han hecho. Cuesta, pero tras un tiempo de reflexión creo que es buenísima. Me encantan como estructuran los diálogos y la forma de contar las historias. Todo parece una locura en un mundo irreal lleno de personajes increíbles y con situaciones quijotescas o estrafalarias, no lo tengo claro. Hasta aquí la crítica cinematográfica, por cierto, no entiendo el principio y su conexión con el resto de la peli, si alguien me alumbrase se lo agradecería.

Esta es la historia del españolito minutos antes de entrar a ver la peli, juzguen ustedes si los Cohen cuentan vidas inexistentes.

Era una noche más de cine, junto a mis compis marotonianos (eyyyyyyyyyy, este correcaminos ha corrido un medio maratón de 21 Km, ya lo contará). Primero recogieron al susodicho y a continuación rodaron en busca de un tercero. Nos esperaba en una rotonda de una ciudad. Allí que paramos en un triangulo de rayas para recogerlo, y cuando ya saltamos por todas las líneas blancas del mundo la policía municipal que se nos acercaba por el carril por donde circulan los vehículos. ¡¡Ostias!!, exclamación generalizada. Marcha atrás e intermitente para salir de una isla no autorizada a los humanos, y menos a los coches. ¡¡Un susto!!, fue un gran susto, por que lo menos que podía haberle pasado al conductor es una retirada temporal de carnet y una multa. Para terminar con este momento vehicular, estacionamos el vehículo en un lugar autorizado sólo para el teléfono de la esperanza…¿Una señal de la noche que nos esperaba?
Debe ser que la próstata del asilvestrado ya no funciona bien, así que ha tomado la costumbre de visitar los WC antes de eventos duraderos. Un servicio de caballeros común, con urinarios a ambos lados, detrás mamparas que resguardan la intimidad de los tímidos o propensos a otros quehaceres. Un “urinario de tíos” es algo muy particular. En las noches interminables de fumeteo, sexo y alcohol, un urinario es el lugar donde los machos sablean sus penes incontrolados y ebrios. Para hacerles comprender el momento, tarareé a “Buika y Chucho Valdés”: “que dos seres distintos no se pueden querer, pero ya yo te quise y no te olvido, y morir en tus brazos es mi ilusión, yo no entiendo esas cosas de las clases sociales, sólo sé que me quieres y te quiero yo….y vámonos donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal, y vámonos a alejarnos del mundo, donde no haya justicia, ni leyes, ni nada, no más nuestro amor, que no somos iguales, dice la gente”. A grandes rasgos eso es la relación onírica de los hombres con su pene, y un urinario en lugar de los amantes se encuentran, eso es un urinario de tíos un sábado noche.
En un cine pueden pensar que es diferente, lo es, las carantoñas para otro momento que empieza la peli. Cuando el asilvestrado entró, la habitación estaba vacía, salvo un viejo de cabello blanco y media melena, perfectamente afeitado, delgaducho y con pinta de muchas noches largas; vestía bien con colores pardos y canela. Se colocó a su espala y comenzó la micción. De repente, el viejo se puso a hablar, más o menos esta fue la conversación.

Viejo: Joder que ya sólo me sale en gotita, ¿a usted le sale con potencia?
Asilvestrado: No, yo meo bien.
Viejo: A este paso me voy a perder el comienzo de la película. Vamos niña que es para hoy. ¿y usted que va a ver?
Asilvestrado: La de los Cohen
Viejo: (aggggg, gapo incluido) Ahhhh, yo ya la he visto, le visto todas ya. Coño podrían cambiar las películas con más rapidez que ya han pasado dos semanas.
Asilvestrado: Todos los viernes cambian y estrenan otras.
Viejo: ¡¡Niña mea ostia!! Es que me cuesta 3 euros la entrada.
Asilvestrado: A todo el mundo le cuesta lo mismo.
Viejo: Es que en el Muelle me cuesta 7 euros, serán hijos de puta.
Asilvestrado: Este es un buen cine.

Acabado el himpás, el españolito se acerca a lavarse las manos.

Viejo: ¡¡Joder, tú ya has acabado!! Si yo tuviese una polla joven como la tuya.
Asilvestrado: A más ver viejo.
Viejo: Adiós chaval.


¡¡Vivan los Cohen!!

jueves, 28 de enero de 2010

viernes, 15 de enero de 2010