martes, 23 de febrero de 2010

Dicen, y dicen, y dicen

Dicen que últimamente no sorío como antes,
que mis dientes se han oscurecido,
que parezco enfadado con el mundo,
y que mi boca ha dejado de tener arrugas.

Dicen que mi locura se ha vuelto terrenal,
que mi cuerpo ha dejado de tener expresividad,
que los colores se han apagado,
y que mis chistes no hacen gracia.

Dicen muchas cosas de mí,
pero solo estoy agotado de tanta tension,
de tanta lucha infructuosa,
de no coger ningún tren que me lleve,
de ilusiones desvanecidas,
y de tantas oposiciones perdidas.

Dicen mi familia y mis amigos que las derrotas no se justifican,
que uno debe levantarse cada mañana en busca de sus sueños,
que la cabeza debe ir siempre alzada,
que debo enseñar lo que aprendí y aprender de lo que viví,
y que nunca deje de rendirme.

Dicen que lloré la primera vez,
que la segunda me lo tomé mal,
que la tercera me reí con el tribunal,
que la cuarta ya no sentí,
y que mi corazón se he convertido con el tiempo en hielo.

Dicen que volveré a ser yo,
que mi cabeza encontrará nuevos retos,
que jamás me sentaré a esperar,
y que un día viajaré a mi mundo.

Dicen tantas cosas de mí,
pero hoy os digo una cosa,
que me voy a dormir entre piñas,
que me voy a perder en el río pescando,
que me voy con mis realidades,
que ya estoy contento, feliz, entusiasmado,
y que por fin lo he conseguido.
y que el mañana es hoy.

domingo, 14 de febrero de 2010

Historia de una Zapatilla

Ya en alguna ocasión he comentado la afición que un mañana veraniega surgió en lo albores del Mediterráneo, y que consiste, básicamente, en recorrer el mundo con otros ojos. Y aunque pueda parecer una tontería, los que corremos vemos muchas cosas que pasan desapercibidas en el andar del mundo. Posiblemente sea un proceso neurobiológico que urge de la necesidad de obtener información del entorno en la mayor brevedad, un recuerdo ancestral de nuestra vida asilvestrada y de los peligros que nos rodeaban…¡¡Dios, debería hablar con mi psicólogo y dejar de ver los programas de Punset!!

Ya en algún otro momento he nombrado los sitios tan interesantes que mis zapatillas han pisado, dado que son muchos pares los que ya he gastado. Y en afán de hacer cosas diferentes, un día mi amiga “Cleo” ⎯ pseudónimo por que no quiere que se sepan quién es y que viene de Cleopatra por la mala leche que tiene cuando corre ⎯ incitó al asilvestrado a correr una media maratón, ¡¡21 Km!! Cuando estás acostumbrado a una distancia menor, esto parece una meta inalcanzable, en la cual tu cuerpo puede desintegrarse y perder veinte kilos, la vida nunca puede volver a ser igual. Como al protagonista de Regreso al Futuro, no permito que nadie me llame gallinita…me llaman Clint, Clint Eastwood, ¿algún problema? Así que dos insensatos con el apoyo de sus “amigos” decidieron prepararse para reventar el crono. Lo malo fue que con bronquitis, por dormir con el culo al aire, y con residuos de una ciática no diría que andaban bien preparados, pero si yo soy chulo la Cleo no se queda atrás.

Y este es el relato cinematográfico de una carrera cualquiera.

Bocinazo de salida (caras de preocupación, alegría y nervios)
- Asilvestrado: Vamos Cleo que son nuestros.
- Cleo (con un dedo el alto señalándole y tono algo irritado, cara tensa): Mira, ¿tú vas a empezar ya así? ¡¡A que te largas tú solo!!
- Asilvestrado (cara de asombro, se calla y gira la cabeza cual manso cordero): ¡¡¡Glup!!

Kilómetro cuatro (sin hablarse hasta entonces)
- Asilvestrado (cara sensata y pacífica…un santo): Jo, que bien vamos, ya hemos corrido cuatro kilómetros, ¿bebemos algo?
- Cleo (cara algo roja, mirada fija en el suelo): ¡¡Que no me digas cuanto hemos corrido!! Si, vamos a hidratarnos.
Los dos beben.

Kilómetro diez (siguen sin hablarse)
- Asilvestrado (cara cambiante): Deberíamos tomar algo de azúcar que llevamos la mitad de la carrera.
- Cleo (cara muy roja, mirada muy fija en el suelo): ¡¡Ostias, que no quiero saber nada!! Y sí, deberíamos tomar algo. ¿Un Gatorade? Eso lleva azúcar.
Los dos beben, ella más que él.

Kilómetro once (siguen sin hablarse, llama la atención la cara de él, es amarilla; su estómago se retuerce mientras que su intestino pide urgentemente la salida de material poco compacto y oloroso, ¡¡tenemos al corredor con una diarrea en plena carrera) NOTA DEL TÉCNICO DE SONIDO. Sería interesante aprovechar la nueva canción de papito y mientras enseñamos la imagen suena lo siguiente: a punto estuve de lo que se dice muerto…¡¡ayyyyay, solo a esto!! ¡¡ayyyyay, por un trago!!

Kilómetro dieciocho (siguen sin hablarse y detrás de ellos no corre nadie, delante de ello un gran cartel que pone Km 18)
- Asilvestrado (cara lila y desencajada): Ya voy mejor. Estoy orgulloso de nosotros vamos a acabar la carrera, ¡¡estamos en el Km 18!!
- Cleo (cara entre mala, agotada, irritada, muy roja, mirada clavada en el suelo, la cabeza ligeramente doblada al hombro derecho…un afesio): ¡¡Joder, ostias que no quiero saber nada!! ¡¡Que quiten el cartel!! Y deja de emitir efluvios que nos han dejado solos.

Kilómetro veintiuno (final de meta, los dos entran con cara de felicidad, 1h:57 min)

Resultado de la carrera: ella la 7 de su categoría, él esta fatal en la clasificación. Hubo un gran número de abandonos por efectos de contaminación atmosférica, se desconoce la causa.

Resultado físico: los músculos no duelen, aunque claro tres horas después no podían ni moverse, creo que alguno durmió en el sillón y no puedo ir a trabajar.
El asilvestrado perdió cinco kilos, la mayoría de ellos los dejo en váter de un bar nada más llegar a la meta; le han prohibido que vuelva. Creo que ve un Gatorade y sale corriendo o por patas. Tardo dos días en recuperar su esfínter.