En una habitación de hotel, como no en el extranjero, con mis fotos y algo de fruta para cenar. Y mientras me preparaba a ver una peli en blanco y negro, “Historias de Filadelfia”, recordé que hacía tiempo que no dedicaba un segundo a escribir un rato, a contaros nuevas historias guardas en el lóbulo temporal derecho de este cabezón o a subir unas cuantas que tengo todavía de Canadá, Cuba y Polonia. ¡¡Y en eso una luz!! Pensaréis “ya se ha tomado un whisky”, pues no, aún no. Recordé que justo hace un año el “primate Kamon” me mandó un correo que decía “para que pongas tus historias y para que la gente las leas y se divierta como yo, aquí tienes tu blog, ahora te toca a ti rellenarlo”. Me cuesta, me falta sueño, me sobra imaginación, pero sobre todo me falta tiempo. Y lo curioso de la vida, estoy en el mismo sitio, en el mismo lugar, en la misma ciudad que vio subir la primera foto que decía “Hermanos, estamos en obras, pronto se andará”. Hay gente que se ha reído con el asilvestrado, otros han llorado y otros se han quedado indiferentes (mejor que lo dejéis y os vayáis de copas), en cualquier caso, siempre hay una luz misteriosa que se enciende por las noches a la cual le seguiré dando eternamente las gracias por no ser “el hombre sin rostro”. A todos, mil gracias por seguir entrado, mañana subiré otra historia que no tengo escrita, solo cabalga en mi cabeza porque hoy no puedo, ya saben “siempre con prisa por algo, siempre contrareloj, siempre planeando un cambio, siempre sin frenos Margot”.
Feliz cumpleaños.
Feliz cumpleaños.
