domingo, 3 de agosto de 2008

Crónicas de Olsztyn: Regreso a la crio-conservación II

Hoy es un día especial en la vida del españolito, al fin se va a poner manos a la obra, o mejor dicho, esperma en porta. Hoy después de 15 días en llegar sus cajas con lo que necesita, después del viaje más largo de una maleta en la T4, hoy todo se va a preparar para volver a teñir de colores la vida, y de paso sus manos.

Con la excitación el día, y después de una ducha mañanera, el españolito sale casi corriendo de casa, pero antes decide poner esa macrolavadora de 2 Kg de capacidad para tener su ropa limpita. Por cosas del destino, antes de salir de casa vuelve a entrar en el cuarto de baño y ¡¡horror!!, se le olvidó poner la manguera de la lavadora en la bañera. Así que en un momento de pánico, mientras el agua sale por la manguera, el sujeto la descuelga de su sitio y, tras baño incorporado, la deposita correctamente. Nada malo ha pasado (peor fue cuando el primer día de vivir en su nueva casa inundó hasta el primer piso, pero eso es otra historia), sólo hay que cambiarse de nuevo de pantalones, calcetines y zapatillas. ¡¡Pues bien empezamos el día!!, piensa el españolito.

Llega a su lugar de trabajo y allí le espera Mischa (como el osito), un doctor en veterinaria encargado del banco de semen del centro. Y vaya banco, de los más importantes a nivel mundial, con semen crioconservado de casi todo, incluido de abeja (¡¡ahhhhh!!, que a nadie se le ocurra preguntarle a este sujeto a la vuelta como sacan el semen a estos diminutos animalitos, jajajajaja). Poco sabe él de crioconservación, solo que el nitrógeno líquido es peligroso y hay que tener mucho cuidado. Pues bien, Mischa le explica que después de 20 años en ésto ha llegado a la conclusión de que es mejor trabajar sin ningún tipo de protección, sólo algo de cuidado, ¡¡a tomar por saco las normas de laboratorio!! Según él, todos los guantes del mercado le impiden tener sensibilidad en las manos, así que prefiere hacerlo a pelo. ¡¡Y tanto que a pelo!!, vierte el nitrógeno líquido de un tarro a otro como el que está haciendo un caldo, ¡¡que más da si se cae al suelo o peor a la ropa!! El españolito está asustado, él sabía de los que pipetean ácido clorhídrico con la boca, pero esto parece más peligroso. Como Mischa ve que el sujeto no se fía mucho, decide cogerle la mano y que la meta en el nitrógeno. ¡¡Y una mierda!!, el españolito estima su cuerpo, y más sus manos. Pero nada este chico decide que la experimentación, a veces, hay que hacerla y después de reflexionar (me va tocar hacerlo a mi solo algún día), decide probar. ¡¡Ahí va la mano!!, un segundo, un segundo del principio de incertidumbre, un segundo donde sudó lo de todo un día. Pues bien, ¡¡no quema, es frío!!, pero como le recuerda Mischa no más de un segundo cada vez o acabará con la mano crioconservada. Imagínense trabajando media hora a toda leche sacando cajitas y vertiéndolas rápidamente en líquido, cogiendo cosas con la mano y tirándolas para evitar el contacto prolongado; nitrógeno que cae por los tanques, ¡¡Dios que peligro tiene este trabajo!! Mischa se ríe y le dice que no se preocupe que dentro de una hora será cuando empiece a notar algún síntoma en los dedos, ¡¡cabrito dilo antes!!, y él desgraciado se ríe. En tono jocoso le cuenta al españolito que sus amigos piensan que este trabajo es una locura y peligroso, por eso nadie quiere hacerlo. Para colmo le recuerda que se quite las gafas cuando trabaje no sea que le salte a los cristales y éstos estallen produciéndole heridas en los ojos, ¡¡¿pero dónde me he metido?!!

Total que el españolito no fue crioconservado en Canadá (no se lo pierdan para su nueva visita siguen pensando en como hacerlo), pero es muy posible que con su despiste habitual se le olvide que trabaja con nitrógeno líquido y tengamos un trozo de él crioconservado en el futuro...todo sea por la ciencia.

Ya en casa, tirado en el sofá planeando su finde en tierras de Mazuria, después de leer los periódicos sobre la hazaña del equipo de basket que le han enviado sus padres, con un tango de fondo, sólo tiene un pensamiento: sigo entero, buenas noches España.

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