sábado, 13 de septiembre de 2008

Crónicas de Olsztyn: tonterías, estupideces y gilipolleces

La semana comenzó muy bien para el españolito, ya tenía todas las cosas que necesitaba para realizar su investigación, ¡¡¡biennnnnn!! Lo más importante era conseguir semen fresco y eso llegaba el martes por la tarde. Así que el lunes decide hacer la última prueba de sus protocolos con cuatro especies de peces, ¡¡¡todo perfecto!!!

El martes llega a las 3 de la tarde el material fresco de 22 machitos de trucha y el españolito hace una prueba para ver que todo funciona correctamente con este material. De repente, “¡¡¡la madre que parió a Espinete!!”, se escucha en el sótano (nuevamente dónde se encuentran los laboratorios, la gente no ha visto muchas pelis de terror, anyway). ¡¡No vale el protocolo que ha ajustado durante dos meses!!, imagínense la cara del coyote; 22 muestras que se pondrán malas en cuatro días y sin un protocolo de actuación, 200 euros gastados para que les dejasen hacer pajillas a los peces y el gozo en un pozo. Así que como alma vendida al diablo, que a este paso lo va a hacer, se multiplica por dos y comienza la histeria realizando protocolos como el que realiza churros, tres relojes en secuencias dobles: ring, ring, ring, corre cambia, ring, ring, corr…, ring, ring, la leche que no me da tiempo, calla que no lle.., ring, ring, saca, mete, quita, seca, ring, la gotita que no se desliza bien, ¡¡la mare que va que estrés!! Descanso de media hora, checking de las preparaciones ¡¡¡todo mal!! Comenzamos otra vez, ring, ring, ring, corre cambia, ring, ring, corr…, ring, ring, la leche que no me da tiempo, calla que no lle.., ring, ring, saca, mete, quita, seca, ring, la gotita que no se desliza bien; ¡¡y otra vez todo mal!! Si algo aprendió este sujeto en Canadá, es que cuando no sale las cosas, lo mejor es cambiar por completo el primer paso, suele dar buenos resultados; y por arte de magia ¡¡¡tachan, ya salen todos guapos para la foto de familia!! Y es que no es lo mismo el agua con gas que el agua sin gas, ni al agua de mar y el agua salada, ni las características del diluyente cuando se crioconserva y cuando no, pero ¿acaso alguien lo sabía? pues no. Fueron 32 horas, dónde el corre caminos hubiera sido comido por este coyote sin necesidad de comprar artículos varios, dónde si no muere de infarto ya no muere.

Pensarán que a partir de entonces la cosa se relajó, es que acaso no lo conocen. Había que hacer 200 preparaciones en dos días, revisarlas y rehacer las que saliesen mal, antes de que todo ese lindo material se pusiera malo. No es de extrañar que con tanta movida hayan sucedido cosas, la cabeza no da para mucho en estos casos.

Existe una diferencia muy grande entre las tonterías, estupideces y gilipolleces. Una tontería es un acto involuntario que no conlleva peligro ninguno ni para el sujeto ni para sus allegados. La estupidez tiene ya connotaciones relevantes para alguien y la gillipollez es un síntoma claro de desorden mental. Éstas se encuentran entrelazadas y son fundamentales para la buena convivencia del planeta (esto es un eufemismo que ustedes se lo creen, y los de Marte también). El escalafón más bajo es la tontería y aproximadamente el 60% de la población comete alguna en el día. A continuación vendría la estupidez que sólo el 30% de la población realiza a lo largo del día; y por último, las gilipolleces, en el último escalafón, y afortunadamente sólo el 10%. Pero, ¿qué ocurriría sí las tonterías desapareciesen del planeta? ¡¡Se imaginan!! ¿Qué hubiera sido de Mono Amedio? No hubiera viajado a los Andes dando 3 millones botes; ¿y el saltamontes Flip? ¿Qué sería de la abeja Maya sin Willi? Una prostituta en la esquina del panel…¡¡¡eh, cambio sexo por miel!! ¡¡Por Dios y el perro de San Roque!! ¿Y que me dicen del Doctor Bacterio? No habría Mortaledo y Filemón, y entonces Ibáñez estaría en el paro, ¡¡anda todos a chupar del bote!! ¿Y Espinete? ¿Qué hubiera sido de nuestra infancia sin un erizo gay? Todos rambitos ¿Y cómo hubiéramos aprendido a sacarnos los mocos sin Viki el Vikingo? Pero lo peor de todo es que las tonterías serían catalogadas como estupideces y el 80% de nuestros imbéciles actos afectarían de forma grave a nosotros o nuestro entorno. Esto sería terrible; pero si atendemos a la teoría del caos (nota: teoría que demuestra que el orden existe en el caos, por eso mi mesa nunca es un caos) tendría a desaparecer las estupideces al producirse una bola engullidora (la bola caótica) y todos seríamos gilipollas ¡¡¡el fin del mundo!! Así que no crean que este tema es vanal, es de importancia supina, jajajajaja (es que el supino me recuerda al cuartelillo de la poli, anyway).

Recordarán cuando el españolito salió de su casa en Canadá para apagar la “maldita alarma contra incendios” y acabó con los pies desnudos en la nieve, eso es una tontería. Esta semana, y con tanto estrés, el españolito ha vuelto a pintarse de colores la cara, las manos y su famosa bata blanca. Estarán de acuerdo conmigo que las batas blancas indican que no trabajas mucho o bien que eres muy limpio (este último caso no se lo cree ni Rita la cantaora). Como la movida ha sido muy grande al final la bata se convirtió en trapo de secar las manos, así que después de una semana la bata está…como debe de estar. Es tal su aspecto que la una de las chicas del departamento se le acercó para si quería lavarla, without comment. El españolito, con el histerismo propio del momento, le dijo, “no, ¿le pasa algo a mi bata?” A ver, ¿para qué sirven las batas? Pues para eso, para no mancharse la ropa, pero para eso tiene que mancharse la bata, ¡insensatos!! Podrá parecerles una tontería o una guarrería no querer cambiarse (nota: muchas batas de la que se utilizan en este centro son como las de los cirujanos, imagínense la sensación que da ir andado por ese centro, parece un centro de carniceros locos. Lo peor es cuando le preguntas a alguien “¿qué haces? Nada voy a ver si inoculo a mis hembras con el esperma que saqué esta mañana”, anyway), pero el ego es el ego, y eso demuestra que el españolito está trabajando. ¿Acaso los mecánicos llevan su mono limpio? Jamás, nunca nos fiaríamos de él. Posiblemente la tontería mayor que hace es ir cantando por la calle a la vez que escucha música en su MP3, ¿por qué cantar? Primero, nadie le entiende con lo cual nunca podrán decir de él si lo hace bien o no; segundo, ¿y si se cruza con alguien de habla hispalis y así conoce gente? Lo ven tiene su lógica, aunque la gente lo mire raro.

Lo peor de todo ha sido la estupidez que ha cometido. Pero para entenderla hay que utilizar un ejemplo de filosofía, y más concretamente de lógica. Sigan con atención las siguientes premisas: si A implica no B y no B implica C, entonces A implica C, razón por la cual no pases por B so idiota. Pues no, la lógica se confunde en su planteamiento, siempre hay que pasar por no B ¿por qué? Muy fácil, imaginen que van a coger un autobús y acortan el camino para pasar por no B, pero ¿qué ocurre si una noche hay obras y te cambian la parada? Que pierdes le autobús y tienes que encontrar dónde han puesto la siguiente parada. Por ello mejor pasar por no B siempre. Pues lo tintes que maneja son algo parecido. Tinte, agua, tinte, agua, tinte, agua, tinte, agua. Para cambiar el agua sería fácil pasar por no B e ir directamente a C, lógico, pues no. Por qué puede darse la circunstancia que se te olvide el orden y acabes tirando 200 euros por el lavabo. ¡¡La madre que me parió y que lee con cariño estas historias!! El mejor tinte, si Joan, el mejor, tirado y sin recambio. No fue una insensatez (como salir detrás de oso, que no fue ni una tontería ni una estupidez, aclaro), fue una estupidez hacer caso a la lógica cuando la cabeza va a tanta velocidad.

Finalmente, si te informas del tiempo y te dicen que las temperaturas van a bajar y que el españolito va a estar por debajo de los 10 grados y que la semana que viene va a nevar, ¿por qué razón desconocida ese día elige ponerse el jersey más fino? Evidentemente el viernes se murió de frío por gillipollas. Pero no contento cuando llegó a su casa, dejó los trastos y se fue a comprar, pensarán que se cambio de ropa, ¡¡¡pues no!! Gilipollas hasta la médula.

Y así ha transcurrido una semana más en la vida del asilvestrado. No sé si lo que he escrito es una tontería, estupidez o gillipollez, pero definitivamente…tengo que comer más.

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