Andaba un día de paseo por el mundo,
y vi el agua correr como nunca,
arrastrando sombras,
hasta que se cansó.
Se sentó en una esquina a mirar la belleza,
y se dió cuenta que estaba solo,
buscó a su amigo el fuego,
pero las puertas de la amistad estaban cerradas para él,
así que viajó hasta encontrar el mar, diluyéndose en la profundidad del océano.
1 comentario:
Con tus palabras haces pensar en los amigos de verdad... esos q nunca te fallan...
Un saludo asilvestrado...
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